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no quisiera intoxicar con mi voz
los agujeros de la oscuridad,
mis dudas son las contracturas del aire.
si las estrellas tiemblan
es porque hay un motivo
un miedo diferente en cada una
y por-su-puesto
vos podes adivinarlos todos
hola, luz lacerante,
bote fosforescente flotando en el aire,
repartiendo secretos de amor animal
y yo te interrumpo,
aquí
para saludarte, bote que los reparte
todas las madrugadas,
para saludarte aquí,
qué bien, todas las confidentes madrugadas
qué bien
al mismo tiempo
pero más lejos
unos amantes entienden
que querer es esculpir una llaga sabrosa
en cualquier piel,
y como maullidos en voz baja
-porque el contexto nos demanda dulcemente discreción-,
nosotros
sí tenemos una burbuja que nos protege de todo
excepto del ruido y de los celos
en esas tonterías falla, pero eso es tan momentáneo y
tan bebé y tan liviano
como nuestro ronronear,
una arruga en el viento.
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