7 feb 2008

(sobre mi húmedo y rabioso enojo)

al semi-hombre del río limpio


llegué y ahí estabas
con un libro prendido fuego entre las manos,
sabía que llegaría el momento
pero adormecí pendeja
lo que había preparado mientras tanto.

supongo que hubiera sido normal desquiciarme
pero vestida empecé a pelear.
con todo lo puesto
y solo supe quedarme quieta,
una quietud de recién llegada que inventé en el momento.

las hojas se doblaban negras,
las poesías muertas volvían a perder vida;
había llorado sobre ese libro,
y cuando lo compré estaba menstruando

igual no valía la pena.

solo grité un poco, y fue al final,
pero esa confesión de ira mia también fue principio:
detesto las/tus manos pegajosas,
el sexo cuando hace calor, y el calor del incendio del libro.

todo se me vuelve difícil, encanto,
devolvería esa virtud que trajiste
(la de impedirme mentir mientras escribo)
y cada vez disfruto más el estar dormida...

estrujaré una flor para el aroma fuego,
y sabré que un hombre
(odio conocer de vos, el juego)
sentado de piernas cruzadas
se vuelve bellísimo al arder un libro,
el de mis tristezas pieles
entre sus manos mentales, también de hombre.


4 comentarios:

SamanthA dijo...

ayyy Majestuoso
tenés una calidad, un respeto a la poesía
que me hacen admirarte
Flashee ver tu libro, el de las hojas cálidas,
publicado!
Yo lo quiero tener!

la otra tarde
en un momento maravilloso para mi
junto a alguien
(con quien solemos leernos poesías)
imaginé
tener una de tus poesías
para compartirla
y bueno,
te lo hago saber

alex colman dijo...

¿libro publicado? què bueno, che!
a mí también me gustaría, tenerlo.
un saludo y manteneme al tanto.

ah, y buen poema.

juan dijo...

Hola! ¿estás de vacaciones literarias?
escribime a barcodelocos@yahoo.com.ar.

beso.

Anónimo dijo...

Hola, de verdad me gusta como escribís.



Un Abrazo, te agrego a los liks.



ELAITOR